Amor natural porque gusta esconderse.



El título de esta entrada está dialogando, implícitamente, con aquel fragmento de Heràclito: "la naturaleza gusta esconderse". Lo cierto es que el todo se nos escapa como si amara estar por debajo de la tierra.

Invisible.


Darwin escribió en El origen:

“Es interesante contemplar un enmarañado barranco, cubierto por muchas plantas de múltiples clases, con aves que cantan en los matorrales, con variados insectos que revolotean y con gusanos que se arrastran entre la tierra húmeda, y reflexionar que esas formas elaboradamente construidas, tan diferentes entre ellas, y que dependen unas de otras de una manera tan compleja, han sido todas producidas por leyes que obran a nuestro alrededor”.


Leyes, formas, un todo universal que se esconde a través de ese tejido de fibras naturales se detecta.

Se esconde, y escondido insiste, detectado intenta volver a esconderse nuevamente. Y si insiste es porque està instalado. Pero qué es instalar para una ley natural o un todo universal?

Si algo está instalado de manera que nada nuevo puede instalarse, no sobreviviría a los cambios del ambiente. Lo que no cambia en relación a su entorno no evoluciona, lo que no evoluciona no está vivo, lo que no está vivo, escapa al todo universal?

La ley es el pasado, recuerdo, experiencia, instalación, herencia. El recuerdo es memoria y tiempo para sobrevivir, es decir para no repetir y exponerse al mismo peligro de la misma manera. Si lo vivo se expone sin cambio ante el mismo peligro es imposible sobrevivir y posteriormente evolucionar. La naturaleza recuerda, escondida, para no repetir.

Recuerda para no repetir. Mientras recuerda, recuerda de alguna manera a base de repetir. Si repite, recuerda para no repetir, y mientras repite para no repetir, repite.

Si repite, recuerda. Si recuerda, no repite. Si no repite, vive. Si vive, recuerda. Y así, infinitamente. Si las leyes naturales repiten recordando para no repetir, qué son?

Son y no son.


Las fotografías fueron tomadas en febrero del 2010, en unos campos próximos a la costa de Chapadmalal, en la provincia de Buenos Aires. En estas imágenes podemos ver a cierta distancia un matorral absolutamente salvaje, típico de la geografía pampeana. A cierta distancia, pasa desapercibido, pero con cuidado y paciencia, nos encontramos con un verdadero universo de fenómenos y la biodiversidad.




La protagonista principal de la serie de tomas es la araña Argiope Argentata. Una especie que recientemente se incorpora a estas latitudes por los cambios climáticos conocidos por todos. De apariencia muy agresiva, no representa peligro para los humanos, no pertenece al grupo de las mortales venenosas.

La hembra es como en muchos otros casos en la naturaleza, de mayor tamaño que el macho. Sí, ese pequeño ejemplar que aparece junto al grande es el macho. Podemos deducir quién da las órdenes en casa de las Argiope. Comparándonos, en el caso de los humanos la evolución benefició al macho para sobrevivir siendo más dominante y fuerte, de promedio más grandes respecto a la hembra , una naturaleza necesaria para entornos pasados que ya no son pero que aún están escritos en nosotros como recuerdos genéticos, y de ahí todas las diferencias culturales, mitos y metáforas. Si tenemos en cuentra la vida molecular que nos habita, nuestras gametas se corresponden con la proporción de la Argiope. Un óvulo femenino enorme, la célula humana más grande, un espermatozoide pequeño, la célula humana más pequeña. Es irresistible para el ser humano medir las cosas.




Sí querida, lo que tu digas.




Es característica de la especie, la disposición de sus ocho patas en cuatro pares. A su vez, apunta el cefalotórax hacia el suelo de manera que el abdomen apunta hacia el cielo. De esta manera, junto con los diseños que presenta, sorprende a mi criterio e imaginación, el parecido antropomorfo.




El noble caballero, lleva armadura, aquí no se terminan los tiempos medievales.



Las mejores hembras mariposas, como en toda las especies son las más selectivas. Aquí podía observarse como un macho quedó, en su breve paso por la vida, sin posibilidad de transmitir sus genes a una próxima generación. Se dice que por eso inspiran tanto a los poetas, para perpetuarse en la creación simbólica, consuelo de consuelo, si los hay.




Menos mal que los pájaros ven en blanco y negro. Me pregunto como se adaptarían estas mariposas si algún maestro gourmet, de esos que gustan de lo exótico, las incorpora a un plato regional.




Si se fijan atentamente, abajo a la izquierda, lo que parece una flor seca en realidad es un insecto. No puede dejar de sorprenderme.

Julián Bernatene.